Tema: ATRACCIONES PERSONALES.
Pregunta: Vivo en pareja. Mi pareja y yo tenemos una relación muy buena: confiamos el uno en el otro, nos amamos, dialogamos… pero, a pesar de estar muy bien con mi pareja, a veces siento atracción por otras personas y no sé cómo gestionar estas atracciones. ¿Qué me sugieres?
Respuesta: Incluso estando bien con tu pareja, es normal y sano sentir atracción por otras personas, tanto del mismo como de diferente sexo.
Los seres humanos somos depositarios de una gama tan amplia de potencialidades que nunca podremos desarrollarlas todas, aunque vivamos muchos años.
En el momento de la concepción, heredamos de la Vida, del Universo o de cualquier fuerza superior en la que creamos, un conjunto de posibilidades. Algunas están activas desde el nacimiento y otras permanecen dormidas. Las que están activas necesitan ser desarrolladas, ya que la energía, como sabemos, se transforma constantemente. Las que están dormidas pueden activarse a través de experiencias o conexiones con otras personas.
Tenemos tantas potencialidades que nadie puede revelárnoslas todas. La atracción que sientes por alguien puede despertar una parte de ti que estaba dormida.
Tenemos tantas potencialidades que nadie puede revelárnoslas todas. La atracción que sientes por alguien puede despertar una parte de ti que estaba dormida. Esta resonancia te ofrece la oportunidad de conocerte mejor y de integrar un nuevo aspecto de tu ser. Si gestionas bien esta oportunidad, crecerás como persona y tu relación también se beneficiará.
Por lo tanto, cuando sientas atracción por alguien, no la reprimas ni te precipites. Sigue estos pasos:
- Reconoce la atracción: Acepta y observa este sentimiento con una actitud abierta y agradecida. Déjate sentirlo plenamente.
- Analiza la atracción: Identifica qué cualidades o características específicas te atraen de esa persona. Escríbelas.
- Reflexiona sobre ti: Observa la lista de cualidades que has escrito como si fuera un espejo que refleja aspectos de ti mismo que aún no conoces. Es probable que estas cualidades también estén presentes en ti, esperando ser desarrolladas.
- Pon en palabras lo que has descubierto. Si te sientes cómodo, comparte esta experiencia con tu pareja o con alguien de confianza. Si no, puedes escribirlo en un diario o grabarlo.
En la mayoría de los casos, estos cuatro pasos serán suficientes para integrar estos nuevos aspectos de ti mismo. Si no es así, considera buscar ayuda profesional.
Si este sencillo proceso no es suficiente para aclararte y tranquilizarte, será necesario profundizar más, con el acompañamiento de un profesional debidamente preparado para guiar este tipo de procesos de desarrollo personal integral.
Es muy importante que, en una pareja, ambos miembros estén dispuestos a compartir abierta y respetuosamente, con plena confianza, las atracciones que sientan por otras personas.
Es muy importante que, en una pareja, ambos miembros estén dispuestos a compartir abierta y respetuosamente, con plena confianza, las atracciones que sientan por otras personas. Poder hablar libremente sobre estas atracciones dentro de la pareja, con confianza y sin juicios, garantiza un crecimiento constructivo tanto individual como de la pareja en su conjunto.
Las atracciones siempre son oportunidades para descubrir y desarrollar aspectos ocultos de nosotros mismos, tanto si estamos en pareja como si no.
El deseo es un motor de evolución que se despierta cuando alguien resuena con una parte desconocida de nosotros. Es la voz de esa parte de nosotros que pide atención y desarrollo. Por lo tanto, reprimir el deseo puede ser tan dañino como actuar impulsivamente sin antes reflexionar.
Muchas parejas se forman basadas en una atracción inicial, sin profundizar en un proceso de autoconocimiento. Esto puede llevar a crisis cuando se dan cuenta de que han construido su relación sobre una base poco sólida. El error está en proyectar en el otro un deseo propio de crecimiento personal.
Lo que acabo de decir sobre las atracciones personales también se aplica a las atracciones no personales, como la que sentimos ante un paisaje o una obra de arte.
En resumen, a menudo lo que nos atrae no es la otra persona, sino una parte de nosotros mismos que proyectamos en ella
Este mismo principio se aplica al rechazo. Cuando rechazamos a alguien, a veces estamos rechazando una parte de nosotros mismos.
Este tema es muy complejo y merece una exploración más profunda, pero por ahora me detendré aquí.
Ramon V. Albareda
Psicólogo. Teólogo. Sexólogo
Creador de ESTEL, Centre de Creixement Personal i
Escola d’Estudis Integrals
