Tema: ATRACCIONES PERSONALES (bis)

He titulado este artículo ‘Atracciones personales (bis)’ porque quiero que sea un complemento del anterior. Al tratarse de un tema complejo y difícil, es necesario ampliar los comentarios y aportaciones.He titulat aquest article “atraccions personals (bis)” perquè vol ser un complement de l’anterior. Tractant-se d’un tema complicat i difícil, és necessari ampliar els comentaris i aportacions.

Si nuestros sentimientos, pensamientos y acciones no estuvieran influenciados por patrones inconscientes heredados o adquiridos durante la concepción, el embarazo, el parto o las primeras experiencias de vida, las cuatro etapas descritas en el artículo anterior serían suficientes para descubrir e integrar en nuestra identidad aquellos aspectos ocultos que se activan por resonancia con la persona que nos atrae.

Si nuestros sentimientos, pensamientos y acciones no estuvieran condicionados por patrones heredados o adquiridos durante nuestra infancia, las cuatro etapas descritas anteriormente serían suficientes para un proceso de autodescubrimiento completo. Sin embargo, en la realidad, la situación es más compleja. Nuestra cultura promueve un modelo de pareja monógama y exclusiva, lo que dificulta lidiar con sentimientos como los celos o la atracción por otras personas. Cuando esto sucede, se activan patrones antiguos de comportamiento que nos llevan a polarizar nuestras relaciones y a dificultar la comunicación. No obstante, estas situaciones también representan una oportunidad única para sanar heridas del pasado y crecer como personas. Es importante contar con el apoyo de un profesional para transitar este proceso de transformación.

El hecho de que surjan experiencias conflictivas del pasado no es negativo, ya que nos brinda una oportunidad única para identificar patrones repetitivos, tomar distancia de ellos y liberarnos de su influencia.

Las atracciones, por lo tanto, no deben reprimirse, pues nos ofrecen valiosa información para sanar heridas del pasado y eliminar bloqueos que nos impiden avanzar. Si queremos transformar nuestras vidas y romper con patrones disfuncionales, debemos aceptar nuestras atracciones y utilizarlas como una herramienta para el crecimiento personal. Al compartir estas atracciones con nuestra pareja, podemos crear un espacio seguro para explorar nuestras heridas y trabajar juntos en nuestra sanación.

Este proceso es desafiante y requiere de gran valentía, paciencia y perseverancia tanto por parte del paciente como de quien lo acompaña.

Sin duda, es un camino de crecimiento personal profundo que nos permite sanar las heridas del pasado y experimentar una transformación integral. Además, es una de las mejores maneras de romper con patrones familiares disfuncionales y crear un futuro más saludable para las próximas generaciones.

Para entender mejor lo que acabo de decir, imagínate que tu abuelo compró una casa hace quince años con una hipoteca. El banco le prestó el dinero que le faltaba para comprar la casa a cambio de que él pagara cuotas mensuales durante veinte años. Tu abuelo muere cuando aún quedan cuatro años de pagos por hacer. Tu abuelo te deja la casa en herencia. Para que la casa sea tuya, debes hacerte cargo de los pagos pendientes de la hipoteca, aunque no hayas sido tú quien firmó el contrato, sino tu abuelo. Si aceptas esta responsabilidad y pagas las cuotas restantes, no solo te liberarás de esa deuda, sino que también liberarás a tu abuelo y a tus futuros hijos (si ellos heredan la casa) de esa carga. Esto parece sencillo, pero ahora imagina que tú no tienes suficiente dinero para pagar la parte pendiente de la hipoteca… ¿Entiendes la dificultad?

Las cosas que dejas pendientes, así como las que han dejado pendientes tus antepasados, constituyen un lastre (el karma) para las generaciones futuras.

A partir de lo expuesto en este y el artículo anterior, podemos afirmar que la mejor manera de ayudarnos a nosotros mismos, a nuestra descendencia y a nuestros antepasados es responsabilizarnos de nuestro karma con todo lo que ello implica, ya que esto libera toda la línea de herencia, tanto la ascendente como la descendente.

Aplicaciones prácticas de lo que he dicho anteriormente:

1. Debemos conocer en profundidad los conflictos o alteraciones de nuestra vida, heredados de nuestros antepasados o arraigados en el origen de nuestra vida: concepción, embarazo, parto y primeros años.

2. Las experiencias que despiertan los conflictos ocultos, inconscientes, son una oportunidad valiosa que la vida nos brinda. ¡Así que bienvenidas sean las experiencias!

3. Una tarea muy importante e imprescindible es distinguir el conflicto que se generó en el pasado, definirlo con la mayor precisión posible y diferenciarlo del conflicto actual o situación que lo ha despertado, ya que tendemos a mezclar (proyectar) en situaciones presentes el conflicto del pasado, lo que provoca una confusión entre lo que pertenece al presente y lo que pertenece al pasado. Este discernimiento suele ser muy difícil. Se necesita todo un proceso y un acompañamiento profesional adecuado para aprender a utilizar la ‘proyección’ como una herramienta para discriminar lo que pertenece al presente y lo que al pasado.

4. Debemos reconocer y aceptar como propios los conflictos que se despierten, aunque nos hayan sido transmitidos por herencia o por conductas inapropiadas de nuestros progenitores, sin culparnos a nosotros mismos por algo que no tuvimos control en ese momento.

5. Debemos evitar la queja, liberando a nuestros antepasados de toda responsabilidad, entendiendo que hicieron lo mejor que pudieron dadas las circunstancias. No hay culpables. Ahora solo hay un responsable, tú, que has tomado conciencia de que eres portador de una energía que necesita ser purificada para poder transformarse de manera constructiva.

6. También debemos evitar proyectar en el presente, por ejemplo en nuestra pareja, un conflicto que tiene sus raíces en el pasado, diferenciando la situación presente que lo ha despertado del momento en que se originó el conflicto, que pertenece al pasado.

7. Para poder curar una herida del pasado que está interfiriendo en el presente, es imprescindible asumir el conflicto como propio, aceptando sus consecuencias en el «aquí y ahora»: dolor físico, emocional, mental, etc., y poco a poco ir pacificando estas consecuencias hasta que pierdan fuerza y desaparezca su influencia.»

Como conclusión podemos afirmar que todo aquello que revela conflictos ocultos, inconscientes, aunque nos hayan sido transmitidos por nuestros antepasados, una vez que han pasado a nosotros ya forman parte de nuestra identidad

Nunca podremos resolver estos conflictos quejándonos y sintiéndonos víctimas, ni tampoco proyectándolos en otras personas, como en nuestra pareja, ya que la relación con la pareja a menudo no es el verdadero conflicto. Quiero decir que en la pareja se manifiesta, pero el conflicto tiene raíces más profundas, y solo si vamos a las raíces podremos encontrar una solución definitiva y no solo temporal. Si cortamos una mala hierba, lo que se ve, lo que sale al exterior, la mala hierba volverá a crecer. Solo si la arrancamos de raíz evitaremos que esa mala hierba perdure.»

  Ramon V. Albareda
Psicólogo. Teólog. Sexólogo
Creador d’ESTEL, Centre de Creixement Personal i
Escola d’Estudis Integrals